Editorial 9
sábado, noviembre 01, 2008 Posted In Editorial 1 Comment »
Después de un largo período de no publicación, uno vuelve con los ánimos y las ansias de la primera vez. Uno va haciendo valoraciones de las cosas en cada tiempo y espacio de su vida, vamos “midiendo” lo que nos pasa.
Lo bueno, lo malo, lo lindo, lo feo, lo justo y lo injusto. Cada valoración se da acorde a la experiencia y lo enseñado-aprendido en la vida, somos esclavos de alguna manera de lo que pensamos y sentimos.
La bondad, lo bello y lo interesante de la vida lo vemos y lo descubrimos a través de nosotros, porque primero está en nosotros y después fuera. Es el cristal con que miramos o la vara con que medimos la que nos dice que todo esta bien o mal en lo que nos acontece o pensamos, en lo que hacemos o hacen.
A veces, no sabemos valorar las cosas correctamente, estamos confundidos con una escala de valores que no es nuestra, sino aquella que nos es impuesta socialmente por determinados manipuladores de la realidad. La realidad es la forma personal de ver y tomar las cosas. Lo real es aquello que en verdad acontece y que carece de valoración alguna.
Estamos tan confundidos con lo que nos pasa, tan aturdidos de tantos mensajes, que perdemos el origen de nuestro ser. Nos vamos transformando en entes que van “a la moda” por la vida, hablando y sintiendo lo que nos dicen, sin tener en cuenta el peso propio, la necesidad propia, la verdad misma de nuestra existencia.
Los principios sin los valores son meras declaraciones de ideas. Sin valores no podemos sustentar la persona y la calidad de ser humano que somos. Reconociendo que el otro o lo otro es distinto de mi, piensa distinto, siente distinto, vamos dando paso a la eliminación del prejuicio, vamos aceptando al otro y enriqueciendo nuestra propia escala de valores.
Aquello que vemos como malo, feo o injusto no siempre lo es así, muchas veces algunas cosas suceden como hechos aislados de las intenciones o los deseos, más bien, propios de ciertas inseguridades generadas por falta de refuerzo de esa escala de valores. Somos animales de costumbre y muchas veces no tomamos en cuenta que no podemos comprender lo bueno, y lo bello porque está más allá de lo que conocemos como tal, entonces nos parece extraño y lo juzgamos y rechazamos porque si, sin pensar tal vez en todo lo otro que puede tener.
Una persona por bella que sea físicamente no la hace bella interiormente, la misma verdad que tanto se anhela muchas veces nos resulta más ácida y amarga que lo dulce que esperamos. Porque juzgamos que las cosas deben ser buenas o malas. Los medios son espacios generados a partir del cuestionamiento de los extremos, algunos dicen que se puede ser más o menos bueno, más o menos bello, más o menos inteligente.
De alguna forma siempre existe una inclinación superior para una u otra escala, ya sea la positiva o la negativa. “Si todos tirásemos en la misma dirección, el mundo volcaría.” Proverbio judío y como dice el refrán: “No hay rosa sin espinas”.
Todos tenemos algo de bueno y de malo, algo bello y algo feo, somos una unidad en si misma de muchas cosas que son las que nos determinan. Cada persona es un mundo y está en cuan aventurero y abierto es cada uno, para saberse arriesgar más allá de los hechos y los dichos para llegar a la verdad en si misma de las cosas.
Valeria Elías
1 comentarios:
En este post dices grandes verdades, ojala las personas estuvieran más despiertas y vieran las cosas como posteaste vos... agur
Disfruten, sean felices
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