Editorial 8

lunes, septiembre 01, 2008 Posted In 0 Comments »

“Si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos.” Henry David Thoreau
La búsqueda, si hay algo por lo que siempre me caracterizo es porque siempre estoy buscando algo. No quiere decir que lo encuentro siempre, pero lo busco, incansablemente, con la fe y la esperanza de que tarde o temprano aparecerá, voy gestando las posibilidades.
La insaciable indagación sobre las cosas, la impertinente inquietud de andar por todos lados, probarlo todo sin perder lo esencial de uno, la insoportable necedad de encontrar la verdad, la sabiduría y el amor. Uno jamás se estanca en un mismo lugar, cuando pretende para si logros superiores a los impuestos socialmente.
Pese a los ideales elevados, a las utopías generadas somos sabedores de que no existe una verdad absoluta, una sabiduría total o un amor perfecto, pero más allá de eso uno es un sembrador, un cultivador de sueños y esperanzas, va gestando felicidad y alegría por su camino. “Conocí un segundo nacimiento, cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y se casaron.” Khalil Gibran
Es cierto que para vivir se debe buscar un estudio, un trabajo, una pareja y esas cosas que se nos imponen porque es lo socialmente aceptable y estimado para todo ser social culturalmente adaptado a la sociedad en que habita. No es que estos estén mal como objetivos de búsqueda, sino que son tan sólo una parte de lo que un ser puede aspirar a tener.
Obsesionados materialistas creemos necesitar “cosas” para sentirnos bien y realizados, entonces vamos buscando y encontrando esas “cosas” pero como todas las “cosas” carecen de alma y una vez obtenidas ya no hay que más conseguir. Vamos buscando la satisfacción por medio de logros socialmente aceptados más allá de conseguir que nuestro ser sienta plena satisfacción por lo obtenido en intensa búsqueda.
Logramos poseer una casa, perros, auto, estudios, hijos, esposos y tantas otras “cosas” y “facilidades” que nos dan esa ilusión de plenitud. Pero a la larga la vida pide cuentas y a ella no le importa cuanto posees sino cuanto hiciste por vos y por los demás, cuanto viviste y creciste e hiciste crecer. La vida nos pide cuenta de ella misma, por ella y con ella.
Le debemos un gran respeto a la VIDA, ella es la gran posibilidad de todos, la oportunidad de hacer y deshacer. Nosotros elegimos día a día nuestras búsquedas, las rutas y la forma en que encaramos el arduo viaje hacia nuestro objetivo. Tenemos LIBERTAD y es el mejor regalo que nos puedan dar y la mayor oportunidad de SER.
En verdad, creo en la búsqueda, en la incansable necesidad de andar trotando por el mundo apreciando cada momento, cada persona o lugar en que la vida me encuentra para darme su regalo. Buscar acá, allá, golpear las puertas, soñar y proyectar…
DAR, tanto para dar implica saber encontrar, jamás se empobrece dando… Porque la búsqueda es un devenir de encuentros constantes. Sólo estamos de paso y como dijera un grande: “Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece.”Jorge Luis Borges
Si en la búsqueda te encontrás, no te pierdas ni pierdas… Sólo déjate SER

Valeria Elías

0 comentarios: