Editorial 24

lunes, marzo 01, 2010 Posted In 1 Comment »
Los seres humanos nos acostumbramos a medir el estado de tiempo para asegurar la supervivencia, pero no nos hemos acostumbrado a medir los estados de ánimos para lograr la calidad de vida. Los estados anímicos pueden ir de alegres a depresivos, de buenos a malos, de vida a muerte, extremadamente extremo.
Las personas pueden hacerse mucho daño entre las personas, pueden ocasionar pérdidas irreparables, situaciones que marcaran un camino, las personas pueden cambiar el transcurso de una vida tranquila y feliz a una convulsionada y triste. Todo depende de la intencionalidad, de lo que cada uno lleve dentro, de lo que cada uno es y deja de ser.
Cierto es que muchos procuran decir que son, pero a la hora de ser, la máscara cae y desaparece ese rastro de personalidad que decía tener. También dicen que cuando uno critica al otro está haciendo una proyección de sí mismo.
Todo es relativo, en cuanto cada persona es distinta de otra, que existen patrones similares es cierto, pero mucho depende del ambiente en que se crío cada persona, en el ambiente en que se desenvuelve, lo que hicieron de él y lo que decide este de hacer con eso que le dieron.
Los principios y los valores definen de forma concreta muchas de las cualidades de una persona, las actitudes develan estos mismos, declarando la calidad humana que habita en ella.
Uno puede proponerse el cambio, pero la esencia es algo que ya viene con uno, es a partir de conocerse uno mismo que puede definirse como ser. El reconocerse a sí mismo colabora con el conocimiento del otro distinto de uno, cuando uno se conoce, puede llegar a conocer al otro.
Los estados anímicos son cambiantes en las personas, algunos son más críticos, más profundos y constantes, en otros son más estables. Las personas muchas veces olvidamos, antes de obrar medir el estado ajeno, llegamos a tal egoísmo, tal alienación que el otro pasa a ser solo un factor del momento, sin cuestionarnos su estado actual afectándolo tal vez, para toda la vida…
Una forma de sobrevivir en este tiempo es manteniendo la salud emocional, se han detectado casos de estrés provocados simplemente por angustias, depresiones, situaciones que llevan a malvivir los sentimientos de las personas. Una persona “mala” puede llegar a enfermar a todo un grupo de personas, esto es, cargándolos de energías negativas por medio de comentarios cargados de celos, rencores, odios, competencia y demás hierbas que nadie debería cultivar en su jardín.
La salud físico mental en las personas es fundamental para que pueden llevar una vida sana y lejos de todo peligro de ataques, derrames, enfermedades nerviosas, cáncer y demás pestes que invaden la vida de las personas.
Mantener el equilibrio, alejarse de las personas tóxicas, es una actitud que se aprende con el tiempo, la experiencia y la necesidad. Más que nada cuando se recuerda: “El hombre es el único ser sensible que se destruye a sí mismo en estado de libertad.” Jacques H. Bernardin de Saint Pierre    
Seamos más humanos y evitemos la devastación de nuestro propio ser.
                                                                                Valeria Elías

1 comentarios:

Unknown dijo...

Los seres humanos se olvidaron de vivir y se olvidaron de tener conexión con el mismo universo y han pérdido la fe.

Cada día los seres humanos despiertan auómátiamente y continúan su existir de tal modo, casi sobreviviendo o vegetando.

Han olvidado la ceremonia propia de vivir!

Personalmente cada día celebro la vida y me canto a mi misma, me celebro por estar con vida y lo agradezco, .

Hago un minuto de silencio para que todos lsoseres humanos despierten de ese letargo.


Luego de un episodio nefasto explicado en

www.walktohorizon.blogspot.com

Retomo tal medio y agradecida por tus visitas anteriores te invito a pasar por mis blogs y retirar los regalos dejados allí como asi también a retirar el regalo especial dejado en la segunda gala en

www.cosechadesentires.blogspot.com