jueves, junio 13, 2013 0 Comments »
Cuando empecé no sabía bien a dónde iba, simplemente las
palabras daban vueltas en mi cabeza y no sabía que debía hacer, por momentos
aturdían y por otros el silencio era terrible.
Y entonces, agarré lo primero que tenía en mis manos y
comencé a trazar los primero intentos de garabatos y fue terrible no entender
qué pasaba.
Siempre fui reconocida por cómo hablaba o redactaba las
pruebas o los textos de trabajos en la escuela, cuando hice teatro, escribí
pequeñas obritas, pero seguía sin entender…
Pero un día, un día algo pasó, algo cambió y todo estalló,
no sé bien como fue, es confuso pensarlo y todo fue distinto.
Empecé un camino con algo de orientación, él estaba ahí, me
leía y releía, me escuchaba y acompañaba, hasta que no se pudo más.
Entonces, apareció el primero, el Maestro, Danilo, aquel que
recitaba de memoria, que lograba por medios de sus versos iluminarme en el
tiempo.
Y él, me llevó hasta Horacio, hasta Cacho, y ellos fueron
los que dieron los primero retoques…
Hoy, luego de haber pasado por las manos más oficiosas,
aquellas que trabajan las letras y las almas, siento un universo florecer, cual
Principito viajando por planetas, soy la Maga caminando los puentes o soy las cartas
que el coronel jamás recibió.
Y naufrago mares insondables, siendo que todos creen en que
este oficio es de paz y soledad, pero no, es mucha gente son muchas guerras, y
hay vida y hay amor pero también hay muerte, y hay sueños, hay alegrías, hay
lágrimas y hay amor… amor del bueno, del malo y pasión.
Tantas, tantas cosas, que a veces, uno siente cierta
confusión y los sombras avanzan… justo ahí es cuando aparece una sonrisa, una
palabra y la flor en aquel lugar imposible para florecer…
Este oficio no es para cualquiera, pero cualquiera puede
atreverse, animarse y sobre todo acompañar… porque escribir sin ser leído es
como respirar sin tener con que hacerlo…
Desde mi experiencia y mi cotidiana labor, con el compromiso
asumido ante los maestros:
Leer,leer, leer, escribir, leer leer leer, escribir,
escribir, leer leer leer leer leer leer, escribir escribir escribir escribir
escribir y así de manera progresiva
Saludo a todos los que tenemos una historia, un compromiso
con las letras y sobre todo un amor incondicional por decir, por hacer y por
compartir.
Gracias a todos, los que escriben, los que leen y los que
acompañan esta deliciosa forma de hacer la vida.
Valeria
Elías
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