Editorial 26
lunes, agosto 16, 2010 Posted In Editorial 0 Comments »Envidia, celos, competencias, bajos instintos que producen herrumbre en el alma. Valores nobles, principios firmes, son hoy en día vistos como motivos de provocación para quienes padecen estos males.
Nadie se pregunta cuanto trabajó el otro, que historia de vida tiene, que esfuerzo o que castigo le depara el tiempo, por tener y hacer aquello que nosotros también queremos y no podemos. Ortega y Gasset, califica de mediocres a aquellos que conviven con los bajos sentimientos, aquellos que en vez de alentar la energía motivadora para avanzar o lograr la armonía, buscan, esperan, desean la desgracia ajena, no alcanzar la gloria por sus propios medios, sino que esperan que el otro caiga para tomar su lugar.
Al igual que aquellos que siempre aspiran a tener más y mejor, compiten inútilmente con un ser que no está ni le interesa competir con ellos. Baglietto canta en una canción “la lucha es de igual a igual contra uno mismo y eso es ganarla”…
Por qué será que las personas envidiosas, celosas, codiciosas siempre piensan que el otro es igual a ellos? Y peor aún, hace todo a escondidas, hablan en secreto, ocultan cosas pensando que el otro va hacerles algún daño o puede tirarles una maldición que terminará con sus sueños…
Esa desgracia de pensamiento que les dice: “no digas nada, para que el otro no se nos adelante y tenga algo mejor” o “le voy a dar la sorpresa para demostrarle que yo puedo tener mejor, que me va mejor…etc etc” pensamientos de almas pobres que no son felices con ellos mismo ni con lo que tienen.
Vuelvo a citar a Ortega y Gasset: “el que no puede lo que quiera, que quiera lo que pueda”… Es acaso algo malo amar y disfrutar lo que uno tiene? Es acaso ser mediocre sentirse bien con lo que uno es y con lo que tiene? Es necesario tener pensamientos oscuros para sentirse superior?
Nadie se pregunta lo que el otro sufre, sufrió o sufrirá por lo que es o lo que tiene, muchas veces no es mérito propio sino gracia de la naturaleza, y entonces la pregunta es ¿la vida sólo le sonríe a unos pocos? No lo creo, creo que la vida le dio algo a cada quien y cada uno debe descubrirlo y explotarlo, de esa forma la naturaleza concede sus gracias a quien las sabe buscar.
Estoy cansada de escuchar “te envidio sanamente”, “a vos porque te toco eso”, comentarios como “yo no puedo gastar en eso ahora, tengo otras cosas” cuando uno simplemente se esta dando un gusto temporario que laburó para conseguirlo… Y peor aún, si esa privación que el otro se está haciendo es porque quiere alanzar otra cosa, si ya hizo su elección de vida, porqué compararse con el otro que eligió tal vez, algo más modesto, y eso no le obliga a la resignación… y que tal vez también sea resignación, porque por una cosa deba dejar otra, pero no lo dice, no se lamenta y disfruta ese instante… ¿existe la envidia sana? No lo creo…
Creo que esa es la felicidad que molesta, cuando uno en vez de quejarse por el sacrificio que hace lo acepta con una sonrisa, todos vivimos privaciones, todos pasamos muy malos momentos, o nos tocan superar situaciones podridas que, ojala, no nos hubieran tocado…
Un amigo, el otro día, me dijo “Todos tenemos un muerto en el ropero”, tan sólo para ayudarme a entender que lo malo que nos pasa no es tan grave y no somos los únicos a los que le tocan pasar por cosas difíciles de las cuales no se pueden hablar… ¿por qué no se puede hablar? Porque le resto se regocija con el mal de uno. Admiro la sabiduría de mi amigo, porque con simples palabras, con simples actitudes hace grandes cosas.
No es un alma perfecta, fíjense una cosa, como todos, también tiene sus “sentimientos oscuros”, pero aún así equilibra toda esa situación haciendo algún que otro aporte a la sociedad, dando lo mejor que sí cada vez que la situación lo amerita, inclusive una persona así creo que ya a estas alturas tiene más claro los sentimientos que cualquiera, está más allá de pensar en hacer daño a alguien…
Es un trabajo muy difícil aceptar, porque estamos siempre mirando para un costado, parece muy difícil mirar y admirar lo propio, tolerar, ser pacientes y amar por sobre todas las cosas la vida y lo que ésta nos brinda, poco o mucho, para nuestro crecimiento personal y bienestar espiritual.
Esto va a sonar feo, y me va aponer en una situación complicada con algunas personas, pero a veces, siento cierto regocijo con la envidia ajena, con los celos y la competencia, porque no me importa si alguien puede tener más o mejor, de hecho los hay, no me importa si les molesta o no, sino que me siento orgullosa que en vez de estar pensando esas cosas, logré por mi trabajo conseguir lo que yo quería, fue mi logro con sus costos y beneficios y eso nadie pero nadie me lo puede quitar… Alcancé mi objetivo y luego de eso voy por otro…
Por eso intento no mirar para los costados, para no distraerme y perder lo poco o mucho que yo misma puedo alcanzar.
“Voy hacia el fuego como la mariposa
y no hay rima que rime con vivir.
No te pares, no te mates,
solo es una forma mas de demorarte.”(Adrián Abonizio)
y no hay rima que rime con vivir.
No te pares, no te mates,
solo es una forma mas de demorarte.”(Adrián Abonizio)
Valeria Elías
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